Acabas la carrera de podología, sueñas con tu consulta y con muchas plantillas y cirugías. Así era yo hace unos años. Estas 10 cosas me han ayudado a tener mi consulta seis años más tarde, sin ayuda de padres podólogos ni padres con dinero.
- Mucha patología, mucha biomecánica y cirugía y cuando empiezas a ver pacientes sólo ves quiros y notas que hay pacientes que no te hacen mucho caso. No desesperes, la quiro es un pilar de nuestra profesión. Tendrás tiempo de aplicar todo lo aprendido.
- Tendrás que hacer mano. Busca un trabajo que te lo permita. Trabajar para un compañero o para una clínica es una buena opción. Hacer mano no significa trabajar mal. Significa trabajar mucho y ser una esponja.
- No te prostituyas. Ten unos honorarios dignos. Recuerda eso de pan para hoy hambre para mañana. En beneficio de todos.
- Fórmate: los cursos oficiales a veces son caros. Selecciona. A veces los profesores saben menos que tú. Otras veces puedes estar al lado de los mejores, que suelen ser muy accesibles. La evidencia científica puede ayudarte y suele ser gratis.
- Si quieres montar algo puedes empezar por lo pequeño. Alquilar un gabinete en una clínica es más barato que un local, y podrás hacer eso que haces tan bien sin que nadie te imponga nada.
- Invierte lo que ganes en ganar más: darte a conocer, nuevo material, tecnología. Estudia el retorno que tendrás. No lo hagas a lo loco. Mira a largo plazo.
- Habla con profesionales de la salud de tu entorno, con muchos: explícales lo que haces. El podólogo resuelve problemas que no pueden resolver otros. Trabaja muy muy bien, eres la imagen de todo un colectivo.
- Cuando vayas a ir a más haz un plan de negocio. Calcula costes, gastos, y mira si te merece la pena. Te puedes evitar sustos y problemas si planificas bien.
- Ese momento en el que crees que sabes más y no dudas: es cuando menos sabes.
- Ten paciencia. Los resultados a veces tardan. Pero todo llega.